Bueno, por fin mi blog, en donde podré compartir mis conocimientos y experiencias después de 25 años “metido” en el mundo del fitness; fue 1987 precisamente el año en que nació el gimnasio CD Metropolitano y en donde ejerzo mi profesión desde hace 16 años.
Siendo estudiante de BUP, tenía 16 años, se me despertó el interés por los gimnasios, cuando aquí en Madrid, mi ciudad natal, eran pocos y de barrio los practicantes del culturismo. Entonces los gimnasios eran de dimensiones pequeñas, extraño eran los que alcanzaban los 300 metros cuadrados, incluidos los vestuarios, y apenas contaban con bicicletas estáticas ni que decir aparatos de placas; eso sí, disponíamos de lo más elemental, barras, muchas barras y mancuernas y, sobretodo, unas enormes ganas de machacarnos, entrenando duro, muy duro. Recuerdo que en el humilde gimnasio donde empecé, los aparatos tenían un pincho en el centro, donde metíamos los discos: vamos, para que os hagáis una idea, era como hacer el agujero en el pan para prepararte un perrito caliente. En cuanto a las duchas, qué os puedo decir, nada que ver con lo que veis hoy en día en vuestro gimnasio; contaban sólo con cuatro platos y poco más.
En aquellos tiempos, como ya os he comentado, no eramos muchos los asiduos al gimnasio, siendo mayoritariamente gente joven intentando esculpir sus cuerpos a imagen y semejanza de los inolvidables protagonistas de Conan o Rambo (apenas sabíamos pronunciar sus apellidos, los legendarios Schwarzenegger y Stallone); verles en la gran pantalla era toda una motivación y cada una de sus películas una fuente inagotable de apoyo para el duro entrenamiento. En aquellos tiempos no existía Internet y eran las revistas de culturismo y algún libro americano nuestras únicas fuentes de información, y nos hablaban de la sentadilla, Curl barra, press francés, proteínas, hidratos de carbono, aminoácidos. Al principio, como os podreis imaginar, todo nos sonaba a chino. ¿Pensáis que los sabores de batidos de proteínas eran como ahora? ¿Que se disolvían como las de ahora? Ja, ja sabían a cemento armado, ( un kilo te valía 500 pts, , vamos 3 euros, pero para aquella época era un pastón) y lo de disolverse, qué decirte, como no aclararas a tiempo el vaso lo tenias que tirar , eso ya no lo quitabas ni con lija del 4. Nombres como Top 60, Development, arginina, ornitina, Dayamineral y vitamina C constituían nuestra suplementación hace 25 años. Por cierto, la práctica totalidad de ellos sólo se vendían en herbolarios.
Desde que empecé, hasta hoy, todo ha cambiado mucho: los gimnasios, la suplementación de sabor muy aceptable, los libros y revistas de fotografías digitales casi imposibles, internet y la irrupción de la figura de entrenador personal, ha cambiado espectacularmente el panorama y han hecho que el culturismo se haya instaurado con fuerza en nuestro país .Hasta ese “bruto” culturista de nombre con pronunciación imposible, Schwarzenegger, ha sido gobernador de California, la octava economía mas potente del mundo.
Y los pocos que nos tomábamos en serio el mundo de los gimnasios, nos hemos convertido hoy en día en una auténtica legión. Únete a nosotros.
Siendo estudiante de BUP, tenía 16 años, se me despertó el interés por los gimnasios, cuando aquí en Madrid, mi ciudad natal, eran pocos y de barrio los practicantes del culturismo. Entonces los gimnasios eran de dimensiones pequeñas, extraño eran los que alcanzaban los 300 metros cuadrados, incluidos los vestuarios, y apenas contaban con bicicletas estáticas ni que decir aparatos de placas; eso sí, disponíamos de lo más elemental, barras, muchas barras y mancuernas y, sobretodo, unas enormes ganas de machacarnos, entrenando duro, muy duro. Recuerdo que en el humilde gimnasio donde empecé, los aparatos tenían un pincho en el centro, donde metíamos los discos: vamos, para que os hagáis una idea, era como hacer el agujero en el pan para prepararte un perrito caliente. En cuanto a las duchas, qué os puedo decir, nada que ver con lo que veis hoy en día en vuestro gimnasio; contaban sólo con cuatro platos y poco más.
En aquellos tiempos, como ya os he comentado, no eramos muchos los asiduos al gimnasio, siendo mayoritariamente gente joven intentando esculpir sus cuerpos a imagen y semejanza de los inolvidables protagonistas de Conan o Rambo (apenas sabíamos pronunciar sus apellidos, los legendarios Schwarzenegger y Stallone); verles en la gran pantalla era toda una motivación y cada una de sus películas una fuente inagotable de apoyo para el duro entrenamiento. En aquellos tiempos no existía Internet y eran las revistas de culturismo y algún libro americano nuestras únicas fuentes de información, y nos hablaban de la sentadilla, Curl barra, press francés, proteínas, hidratos de carbono, aminoácidos. Al principio, como os podreis imaginar, todo nos sonaba a chino. ¿Pensáis que los sabores de batidos de proteínas eran como ahora? ¿Que se disolvían como las de ahora? Ja, ja sabían a cemento armado, ( un kilo te valía 500 pts, , vamos 3 euros, pero para aquella época era un pastón) y lo de disolverse, qué decirte, como no aclararas a tiempo el vaso lo tenias que tirar , eso ya no lo quitabas ni con lija del 4. Nombres como Top 60, Development, arginina, ornitina, Dayamineral y vitamina C constituían nuestra suplementación hace 25 años. Por cierto, la práctica totalidad de ellos sólo se vendían en herbolarios.
Desde que empecé, hasta hoy, todo ha cambiado mucho: los gimnasios, la suplementación de sabor muy aceptable, los libros y revistas de fotografías digitales casi imposibles, internet y la irrupción de la figura de entrenador personal, ha cambiado espectacularmente el panorama y han hecho que el culturismo se haya instaurado con fuerza en nuestro país .Hasta ese “bruto” culturista de nombre con pronunciación imposible, Schwarzenegger, ha sido gobernador de California, la octava economía mas potente del mundo.
Y los pocos que nos tomábamos en serio el mundo de los gimnasios, nos hemos convertido hoy en día en una auténtica legión. Únete a nosotros.